viernes, marzo 10, 2006

estudios sobre genética

En una familia, el mayor de los sobrinos migra a otro país para estudiar Ingeniería de Minas. Por temas de azar termina convirtiéndose en Trapecista.

Al cabo de los años el trapecista y sus amigos publican un artículo virtual en el que narran su trayectoria saltimbanqui y a continuación lo distribuyen entre los diferentes miembros de su estirpe para estudiar las relaciones que existen entre las diversas reacciones.

Habiendo transcurrido menos de una semana después la prueba, el resultado se enuncia a continuación, respetando la cronología de los hechos:


La hermana mayor es la primera en manifestarse:

“Muy bueno, y me sentiré mucho mas orgullosa de ti cuando te hagan la nota como un importante Ingeniero. Besos”


El siguiente hermano -que curiosamente se llama igual que el sobrino trapecista- nunca llega a leer el artículo, pero sí su exmujer y sus hijos, que redactan rápida y simultáneamente una nota cada uno, para manifestarle su alegría.


La hija mayor de la hermana menor es la tercera en escribir y lo hace en representación de su linaje:

“hola primo como tas. felicitaciones por las fotos. solo te queria decir te quiero mucho. o jala que vuelvas a qui y estamos juntos con toda la familia.
att: tu primita”


El tercer hermano está a punto de casarse por segunda vez y opta por separar los temas en dos mensajes.
En el primero dice:

“Ojalá pudieras acompañarnos, pero sé que tus cosas te lo impiden. Ese día te tendremos muy presente. Un besote”


En el segundo dice:

“Felicitaciones, me siento muy orgulloso de ti. Ojalá esto prospere tanto como tu carrera. Un besote”


El menor de los hombres es el más serio de todos los hermanos.

“Que bueno saber que estás bien. Muy bonito artículo y me alegro que te este yendo bien en este lado de tu vida. Me gustaría más ver pronto un artículo tan bueno y tan bonito como este pero que hablara de lo buen Ingeniero que eres (comentario predecible mío). Un abrazo. Saludos”


A manera de conclusión podríamos decir que en el mundo de hoy uno no puede distinguir ya entre lo verdadero y lo ficticio. Y eso, además, ha dejado de importar. Lo que ahora realmente cuenta es que la realidad se simule adecuadamente.