viernes, abril 14, 2006

setenta y siete

La jornada de ayer fue fructífera. No como para tirar cohetes, pero nada mal para empezar. Cuatro días más como este adelantando trabajo y el Miércoles que viene tendré material suficiente para ir a ver a los Emperadores a que me den su opinión de cómo vá esto.
Para relajarme un poco, a las ocho me cambié y me acerqué a ver a Ginger a Érase Una Vez La Mujer. Tras la función quise invitarla a tomar algo y comentar lo bonito que me había parecido todo, pero estaba de afán y se fué. Entonces aproveché la inercia para darme un voltio por el encuentro de Walteres que había organizado en su casa El Auténtico Walter.
Poco después estaba dando vueltas en la cama, dándole vueltas a todo lo que voy a hacer hoy.