reflejo
Walter,
me alegro de haber tomado la decisión de pasar unos días por Londres antes de regresar a casa. Pero que tonterías digo si soy el hombre nómada y mi cuerpo es mi templo, y cuando llegue a Madrid tendré que buscar algo rápido porque en el palacio de La Reina no hay espacio más que para una capilla, por mucho que ella diga lo contrario.
Pero lo que te iba a contar es que fue un placer aterrizar en el Viejo Continente, fundamentalmente porque todo es más silencioso y la gente está más relajada. De hecho ves a la gente peseando tranquilamente, fumando un cigarrillo, o incluso hablando entre ellos mientras caminan, cosa que me sorprendió que me sorprendiese. Pero así es, porque allá de donde vengo, cada cual está sumergido en su mundo y apenas se percatan lo que los rodea.
Llegué a Chez Fadión donde fui recebido calurosamente e hicimos cosas normales como prepar la cena y charlar mientras comíamos, sobre lo que ha pasado en este tiempo que hemos estado sin vernos. Apenas pude llamé a los British Walters y enseguida me hicieron un hueco para vernos, y debo decir que semejante inmediatez me dejó pasmado ya que allá de donde vengo los encuentros se postergan y en muchos casos nunca llegan siquiera a producirse.
Esta mañana, en el escaparate de una tienda ví una de esas imagenes preciosas de Manhattan donde uno puede ver el Edificio Chrysler y el Puente de Brooklyn, y por un instante se me vinieron a la cabeza los momentos mágicos que allí viví, pero cuando me acerque sólo veía el reflejo de Trafalgar Square que estaba detrás mío.
Ya queda menos para vernos!
me alegro de haber tomado la decisión de pasar unos días por Londres antes de regresar a casa. Pero que tonterías digo si soy el hombre nómada y mi cuerpo es mi templo, y cuando llegue a Madrid tendré que buscar algo rápido porque en el palacio de La Reina no hay espacio más que para una capilla, por mucho que ella diga lo contrario.
Pero lo que te iba a contar es que fue un placer aterrizar en el Viejo Continente, fundamentalmente porque todo es más silencioso y la gente está más relajada. De hecho ves a la gente peseando tranquilamente, fumando un cigarrillo, o incluso hablando entre ellos mientras caminan, cosa que me sorprendió que me sorprendiese. Pero así es, porque allá de donde vengo, cada cual está sumergido en su mundo y apenas se percatan lo que los rodea.
Llegué a Chez Fadión donde fui recebido calurosamente e hicimos cosas normales como prepar la cena y charlar mientras comíamos, sobre lo que ha pasado en este tiempo que hemos estado sin vernos. Apenas pude llamé a los British Walters y enseguida me hicieron un hueco para vernos, y debo decir que semejante inmediatez me dejó pasmado ya que allá de donde vengo los encuentros se postergan y en muchos casos nunca llegan siquiera a producirse.
Esta mañana, en el escaparate de una tienda ví una de esas imagenes preciosas de Manhattan donde uno puede ver el Edificio Chrysler y el Puente de Brooklyn, y por un instante se me vinieron a la cabeza los momentos mágicos que allí viví, pero cuando me acerque sólo veía el reflejo de Trafalgar Square que estaba detrás mío.
Ya queda menos para vernos!
Etiquetas: fase tres
2 Comments:
benvenuto al viejo continente (ahora carrefour). besos y buen viaje en el última tramo de tu aventura.
Walter, ya queda menos para vernos. Uff, vamos a necesitar días para desatrasarnos! En cuanto llegue te doy un toque. Besos.
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