viernes, mayo 05, 2006

cincuenta y seis

A pesar de que haya momentos puntuales en los que la multitud puede llegar a resultar inconveniente, estar cerca de Los Cosmopodernistas es una fuente permanente de alegría y bienestar.

Y aunque en tiempos remotos, cuando estábamos todos recién llegados a la capital, nos veíamos ocasionalmente, no fue hasta compartir la comuna, que nuestras vidas, en cierta manera, empezaron a ser una, a pesar, y con la suerte de que nunca hayan llegado a ser la misma.

Anoche después de cenar todos juntos estuvimos de sobremesa recordando esos primeros años en los que cada cuál a su manera hacía lo posible por encontrar su camino.