sesenta y seis
El papel de anfitrión de Roxie consumió toda mi atención en los últimos días y me ha servido para saber lo difícil que es subsistir siendo un artista tra(n)seuropeo y advertir los peligros de pasar demasiado tiempo solo.
La experiencia fue enriquecedora porque no siempre se tiene la oportunidad de visitar la frontera entre un ser humano que opera a su velocidad límite y un autista.
Después de unos días de dispersión, vuelvo con ganas, y con la certeza de que sesenta y seis días bien aprovechados son suficiente para cerrar mi ciclo.
La experiencia fue enriquecedora porque no siempre se tiene la oportunidad de visitar la frontera entre un ser humano que opera a su velocidad límite y un autista.
Después de unos días de dispersión, vuelvo con ganas, y con la certeza de que sesenta y seis días bien aprovechados son suficiente para cerrar mi ciclo.
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