cuarenta y siete
Aunque el calor, los puentes, y las llamadas de mis amigos intentan descentrarme de éste, mi propósito, yo sigo con la voluntad más sólida que una cadena de acero, anclado a mi lugar de trabajo.
Ayer, sin embargo, después de una tarde productiva, a eso de la medianoche, me llamó El Auténtico Walter para proponerme una salida furtiva. Me dijo que había estado intentando convencer a Walter Petrovsky durante toda la tarde, pero como no hay quien lo saque de su madriguera sin haberlo pactado por lo menos cuarenta y ocho horas antes, El Auténtico Walter recurrió a mí, que sabe que en una situación como esa, no le puedo decir que no.
Nos encontramos frente al palacio para decidir un plan, que terminaría siendo lo de menos, porque a lo largo de la noche, nadie ni nada fue más divertido que nuestra conversación.
Ayer, sin embargo, después de una tarde productiva, a eso de la medianoche, me llamó El Auténtico Walter para proponerme una salida furtiva. Me dijo que había estado intentando convencer a Walter Petrovsky durante toda la tarde, pero como no hay quien lo saque de su madriguera sin haberlo pactado por lo menos cuarenta y ocho horas antes, El Auténtico Walter recurrió a mí, que sabe que en una situación como esa, no le puedo decir que no.
Nos encontramos frente al palacio para decidir un plan, que terminaría siendo lo de menos, porque a lo largo de la noche, nadie ni nada fue más divertido que nuestra conversación.
1 Comments:
Anonymous Visitor; hiya. Just noticed your comments on the past posts; thank you for the compliments.
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