viernes, mayo 11, 2007

parte

Querido Walter,

no entiendo muy bien los motivos, pero a veces, en la mitad del día, se me hace un nudo en el pecho y me entran unas profundas ganas de llorar. No creo que sea de tristeza porque me siento muy estimulado por la ciudad y felíz con todo lo que está pasando a mi alrededor; pienso más bien que tiene que ver con la asimilación de que mi vida está teniendo un punto de inflexión, y que las decisiones que tome en este momento van a condicionar en gran medida los próximos años. La melancolía que siento tiene que ver con que sólo han pasado tres semanas y ya me siento parte de todo esto.

Nueva York me resulta cómoda. Es impersonal y agotadora pero es como si fuera el momento propicio para estar aquí. Y no lo digo sólo por mí; en esta época del año todo vuelve a nacer y uno cree que nunca antes se ha sentido así. Y los parques se llenan de gente, y hay música por todas partes, y se respira alegría en el ambiente.

Podría entrar en los detalles de mis clases de canto, de la gente que he conocido, los entrenamientos de Claqué, los paseos por Central Park y las discusiones con los Walters, pero como hechos aislados no tienen tanta importancia; son valiosos en tanto en cuanto hacen parte de estar aquí.

Saludos

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miércoles, mayo 02, 2007

no+se

Querido Walter,

llevo d/ias intentando encontrar un espacio para senatrme a escribirte esta peque(n)a nota, pero desde que llegu/e, la emoci/on de los acontecimientos en esta gran ciudad me hab/ia impedido encontrar un momento para hacerlo.

El rencuentro con mis amigos ha sido muy emocionante; a Walter Tzar/a lo hab/ia visto durante una visita a Colombia en la Navidad del 2004 y desde entonces no hab/ian pasado cosas demasiado significativas en la vida de ambos, pero con Walterado sin embargo, no hab/ia compartido demasiado tiempo desde que eramos mejores amigos en el colegio, y ten/ia la sensaci/on de que en la vida de ambos muchas cosas hab/ian cambiado desde entonces.

Walter Tzar/a vive al noroeste de Manhattan y aspira a convertirse en consultor de un organismo internacional. Walterado es artista y se gana la vida como profesor de arte en una universidad al sureste de la ciudad. Me las arreglo para compartir tiempo con ambos a pesar de estar hospedado principalmente en casa del primero, quien comparte un piso peque(n)o en el barrio residencial que circunda la universidad de Columbia en el v/ertice superior izquierdo de Central park.

Por las ma(n)anas me levanto pronto, lleno de emoci/on y me lanzo a la calle a recorrer la ciudad y como los Walters tienen sus vidas organizadas, me adapto para coincidir con alguno a la hora de comer, para tomar un caf/e a media tarde o para cenar en alguna de las terrazas que han abierto desde que empez/o el buen tiempo.

Empieza un nuevo cap/itulo en mi vida y la idea de estar aqu/i sin haber dejado atr/as nada pendiente me hace sentir libre. Y muy fel/iz.

Un abrazo

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