miércoles, mayo 31, 2006

treinta

Si no fuera por la plaga de polillas que avanza hacia el norte en busca de alimentos y el evidente cambio climático de los últimos días, yo diría que tras un pequeño revés, he retomado la rutina de siempre con la satisfacción de que a pesar de cambiar las sábanas una vez por semana, ejercer mi derecho al voto, comer con mi madre a menudo y renovar con cierta frecuencia mi lista de deberes, sigo estando bastante lejos de ser el hombre perfecto.

domingo, mayo 28, 2006

treinta y tres

El desarrollo de una idea, al igual que cualquier proceso fisiológico, necesita pasar por diferentes fases y la aceleración de alguna de ellas puede producir un aplacamiento de su esencia.

Por más horas extra que invierto en adelantar trabajo, me doy cuenta de que mi proyecto requiere de cierto sosiego para florecer.

Cuando veo el calendario, sin embargo, veo que treinta y tres días no dan para mucho reposo y lo que me preocupa ahora es no tener claro es si mi objetivo, el inherente a mi manera de hacer las cosas, es mantenerme fiel a la idea, o expresarla como pueda en el tiempo restante y terminar con el proceso en el plazo previsto.

domingo, mayo 21, 2006

cuarenta

Ni fu, ni fa
ni bien, ni mal
así, así
tal cual

martes, mayo 16, 2006

cuarenta y seis

Si yo consideraba a más de cuatro de los Walters reunidos, un acontecimiento singular, lo de la otra noche fue con seguridad un fenómeno cósmico.

Me vestí con prisa para llegar a tiempo al punto de encuentro dónde sólo estaba Lucky Walter. Dado que la impuntualidad intermitente es un hábito muy propio de todo Walter, tuvimos oportunidad de conversar sobre las cosas que tenemos en común, las penas y alegrías de El Primo Walter y su viaje a Nueva York.

Empezamos a calentar motores con unos gintocs en un bar del centro y al cabo de un rato llegó Walter Wilde, sin barba, derrochando alegría junto a Walter Cram; si a primera vista pensé que era más tieso que el palo de una escoba, me llevó poco tiempo descubrir al Walter que llevaba dentro.

Hablábamos de películas que nunca vi, practicas sexuales que nunca realicé y discotecas en las que nunca estuve, todo con el alto nivel intelecultural propio de esta comitiva, mientras esperábamos expectantes la hora de la actuación bailable a la que teníamos previsto asistir.

Ya en la puerta del lugar, se unió a nosotros Walter² con una amiga y el andar propio de alguien que empieza una nueva vida. Llegaron también Walter Petrovsky y El Auténtico Walter excitados por el acontecimiento que estaba a punto de comenzar. A última hora el quórum lo completaron La Chuta, Walter J y Walter A.

Electro Pop, reconciliaciones, calor, amigos, música variopinta, besos, travestis, y encuentros sorpresa caracterizaron una de las noches más divertidas de los últimos meses.

domingo, mayo 14, 2006

cuarenta y siete

Aunque el calor, los puentes, y las llamadas de mis amigos intentan descentrarme de éste, mi propósito, yo sigo con la voluntad más sólida que una cadena de acero, anclado a mi lugar de trabajo.

Ayer, sin embargo, después de una tarde productiva, a eso de la medianoche, me llamó El Auténtico Walter para proponerme una salida furtiva. Me dijo que había estado intentando convencer a Walter Petrovsky durante toda la tarde, pero como no hay quien lo saque de su madriguera sin haberlo pactado por lo menos cuarenta y ocho horas antes, El Auténtico Walter recurrió a mí, que sabe que en una situación como esa, no le puedo decir que no.

Nos encontramos frente al palacio para decidir un plan, que terminaría siendo lo de menos, porque a lo largo de la noche, nadie ni nada fue más divertido que nuestra conversación.

viernes, mayo 12, 2006

cuarenta y nueve

Como recompensa a las interminables jornadas de trabajo que concluirían el miércoles pasado con un encuentro en el que Los Emperadores se mostraron entusiastas y complacientes, contrastando radicalmente con la última vez que nos vimos, ayer decidí tomarme el día libre.

Dormí hasta tarde y tras desayunar una ensalada de pasta, y un litro de agua con gas, bajé al centro a dar un paseo. El viento soplaba fuerte y a media tarde, una vez terminados los recados que tenía por hacer, me senté en una cafetería a ver llover mientras llegaba la hora de ver a El Auténtico Walter.

Afuera llovía intermitentemente, y en algún interior de la ciudad nosotros improvisábamos algo para cenar. Walter Petrovsky llegó justo a tiempo de unirse al plan y ahí estuvimos hasta tarde, hablando de nada en especial, como es costumbre entre nosotros.

viernes, mayo 05, 2006

cincuenta y seis

A pesar de que haya momentos puntuales en los que la multitud puede llegar a resultar inconveniente, estar cerca de Los Cosmopodernistas es una fuente permanente de alegría y bienestar.

Y aunque en tiempos remotos, cuando estábamos todos recién llegados a la capital, nos veíamos ocasionalmente, no fue hasta compartir la comuna, que nuestras vidas, en cierta manera, empezaron a ser una, a pesar, y con la suerte de que nunca hayan llegado a ser la misma.

Anoche después de cenar todos juntos estuvimos de sobremesa recordando esos primeros años en los que cada cuál a su manera hacía lo posible por encontrar su camino.

martes, mayo 02, 2006

cincuenta y nueve

Los últimos días han sido tranquilos, básicamente, porque estar aquí sentado imaginando a la gente disfrutar de sus vacaciones, me hace pensar en que mis horas de trabajo valen el doble.

Pero lo que me en realidad me intranquiliza no es estar inmerso en esta rutina que se repite y me desgasta, sino trabajar con la sensación angustiosa de que al mínimo despiste, y sin ser demasiado consciente, puedo haberme bajado del último tren.

Pero creo que lo estoy haciendo bien, y que los cambios siempre llevan más tiempo de lo que uno piensa.